jueves, 31 de octubre de 2013

Mundos ficticios y peligrosos


Asusta. Pasan horas sumergidos en las guerras, disparando al contrario sin importar quien sea; conquistando mundos paralelos o derribando pueblos. Suelen ser a ratos héroes, a ratos villanos. La inocencia de sus pocos años no les deja percibir maldad tras esas pequeñas acciones que logran realizar con solo presionar las teclas de una computadora. Algo dentro de ellos cambia, pues la influencia de esos “inofensivos” videojuegos puede, poco a poco, transformarles el comportamiento.

El sueño de un hogar

Lo construyó mil veces con los ojos cerrados, mientras dormía. Y hasta despierta imaginó la altura de las paredes, el color, la claridad que entraría por las ventanas. Pero la realidad le mostraba una casa desecha, llena de gente, y su salario la alejaba del sueño, y los preciso de los materiales de construcción y de mano de obra le hacían polvo cada ladrillo edificado en las madrugadas.

miércoles, 30 de octubre de 2013

La magia de un timbre

Muchos critican las nuevas tecnologías, y hasta lo he hecho, pero anoche agradecí tener celular. Aunque cada mes me duela desembolsar parte de mi salario en ese vil aparatico que consume todo el saldo en dos palabras, anoche lo amé, porque sonó cuando más lo necesitaba, cuando me hacía falta saber que del otro lado alguien estaba pensando en mí... Y lo mejor fue que sonó insistentemente , dos timbres, tres... y otra vez marcó, y otra.
Aunque no lo podía contestar cada timbre me levantaba el espíritu, me llenaba el alma. Entonces la presión baja de mami dejó de sonar tan traumática, y el dolor de cabeza cedió, y el alma recibió una inyección de alegría, de satisfacción. Y pude dormir mejor.
Pero no le bastó con darme tanta felicidad y quizo duplicarla. Entonces, en complicidad con mi reloj, quiso ser despertador y los dos sonaron a la misma hora, para que mi amanecer fuera mejor, y de veras lo fue. No pude aguantar y contesté... quería oir la voz que por estos días trae tanta alegría. Ahora mi celular tiene menos crédito, pero mi corazón late mejor, porque se que, aún lejos, hay alguien que necesita timbrarme para hacerme saber que está ahí... al lado mío.

martes, 29 de octubre de 2013

Son sus sueños todavía…

Difícil para un trovador, guitarra en mano, imponerse ante un público joven en el siglo XXI, en que los sonidos digitales han conquistado a prácticamente toda una generación. Por eso, cada vez que Gerardo Alfonso acude a un centro educacional artemiseño para cantarle a los jóvenes lo hace como si tuviera que enfrentar un gran desafío, pero va si miedo, con la confianza de salir, al menos airoso. Le alienta saber que conocen dos de sus temas emblemáticos: Sábanas Blancas y Son los sueños todavía, y, a partir de ahí, busca engancharlos.