Trilladas por estos
días las felicitaciones y el agradecimiento. Desde mi trinchera, desde la
pluma, mi homenaje al hombre de verde olivo, al líder barbudo, siempre al
frente del pueblo con la sonrisa, convenciendo con la palabra, con el ejemplo.
Porque cada mañana hay razones para despertar... para hacer realidad los sueños de la noche anterior
viernes, 10 de agosto de 2012
viernes, 3 de agosto de 2012
Artemiseña… con orgullo
Todavía
me parece oír las discusiones eternas de mi grupo en el preuniversitario. La
liga de alquizareños y artemiseños vivía en constante litigio. Unos alegábamos
ser mejores que otros sin imaginar que un día, no tan lejano, estaríamos todos
identificados por el mismo gentilicio.
¿Quién
me iba a decir que de habanera pasaría a ser artemiseña? Eso era impensable.
En
un principio me costó mucho, a todos nos costó. Lo de ser habaneros era muy
fuerte, nos hacía creernos incluso capitalinos. La gran ciudad y sus maravillas
eran nuestra identidad. A los pinareños, otro tanto. El Valle de Viñales y las
maravillas de los mogotes, el tabaco, la música de Polo Montañés, eran parte de
sus raíces.
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